Tras la nueva embestida de Cristina, los cambios en el Gabinete se esperan en dos tandas

Luego de que la vicepresidenta volviera a apuntar el viernes contra los ministros del gobierno nacional que tengan miedo de defender los intereses del pueblo a los que les pidió que se busquen «otro laburo», el presidente evaluaría realizar cambio de ministros en algunas áreas para evitar el desgaste ante el año electoral

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió el viernes a disparar con munición gruesa hacía el interior del Gobierno al sostener que los funcionarios que tienen miedo a la hora de defender los intereses del pueblo, «vayan a buscar otro laburo», lo que reeditó la posibilidad de que el presidente Alberto Fernández termine realizando modificaciones al gabinete nacional, las que se podrían dar en dos oleadas, una urgente a principios de 2021 que evite el desgaste en un año electoral, y otra más entrado el año, que apunte a resguardar a funcionarios de su riñón, a los que podría promover a cargos electivos.

Fue Eduardo Valdés, un hombre cercano al mandatario y con buen diálogo con Cristina, quien en las últimas horas avaló la necesidad de realizar modificaciones al elenco de ministros del gabinete y admitió que el jefe de Estado estaría evaluando esa posibilidad. El diputado consideró que «seguramente habrá que oxigenar y renovar algunas áreas», tras un año de «desgaste» producto de la gestión de la pandemia de coronavirus y si bien se negó a dar nombres, apuntó a «áreas como comunicación, salud» y «política».

De los veintiún ministros que integran el gobierno, al menos ocho de ellos y por diferentes motivos, quedaron en el ojo de la tormenta.

Para el caso, uno de los tocados es el canciller Felipe Solá, luego de derrapar en declaraciones a la prensa en las que involucró al FMI, tras una videoconferencia que Fernández mantuvo con el mandatario electo de los Estados Unidos, Joe Biden, lo que generó malestar en el Gobierno.

En tanto que a los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Claudio Moroni (Trabajo), desde el cristinismo se los cuestiona por carecer «de una impronta peronista» a la hora de gestionar, pero además, en su discurso, Máximo Kirchner pareció apuntar contra ellos al sostener que «hay que alinear salarios, jubilaciones y precios, sobre todo el de los alimentos y las tarifas (de servicios públicos) porque «la actividad económica la mueve la demanda».

Otro que padeció el desgaste pero a consecuencia de la pandemia de coronavirus, fue Ginés González García (Salud), quien en la ultima semana tuvo algunos traspiés a la hora de comunicar el alcance de la inmunidad de la vacuna rusa y la fecha en que se comenzaría a aplicar.

También Juan Cabandié y Sabina Frederic recibieron criticas por el bajo desempeño al frente de las carteras que comandan.

En el caso de Marcela Losardo (Justicia), desde las filas del kirchnerismo se le cuestiona el bajo perfil a la hora de conducir un ministerio clave (entienden que sería desde el propio poder judicial desde donde parten las embestida del lawfare contra la vicepresidenta y otros ex funcionarios) y por no haber defendido con suficiente ímpetu la reforma judicial.

También el ex presidente Eduardo Duhalde advirtió sobre la necesidad de modificaciones al afirmar que siempre creyó «que había que hacer cambios, porque en las crisis, no se puede ir a aprender», sino que hay que tener «gente experimentada».

Precisamente el argumento que esgrimen en cercanía de Cristina al apuntar contra el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al que desde el peronismo bonaerense, y en caso de que Fernández decida preservarlo del desgaste de la gestión, le adjudican chances de integrar la lista de diputados por la provincia.

El gobierno también es consciente que con las elecciones legislativas asomando en el horizonte, las que resultarán claves para mantener el equilibro de poder en el Congreso, deberá ajustar su mensaje comunicacional.