El consumo empezó a aportar y el PBI creció en noviembre

La actividad económica vivió uno de sus años más trágicos, con una caída histórica. Pero desde mayo apiló siete meses seguidos de rebote lento pero sostenido. El mes pasado anotó una nueva mejora que, según mediciones privadas, mantuvo el ritmo previo, sin desaceleraciones

En términos de expectativas, la reactivación económica supo pasar por momentos de zozobra. Pero los números de noviembre vienen mostrando que goza de buena salud y que, hacia el cierre del año, aunque sin deslumbrar y lejos de las tasas chinas, la recuperación continúa firme. En noviembre, las mediciones privadas y públicas vienen señalando que no hubo desaceleración en el ritmo. Según el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA), hubo una mejora de 1,3% respecto a los niveles de octubre.

El ITE-FGA publicó su Indicador Mensual de Actividad (IMA) de noviembre. La suba de 1,3% mostró una continuidad respecto al ritmo de los meses previos, ya que entre junio y octubre el promedio mensual de las variaciones fue 1,5% (y septiembre fue rupturista con un salto de 2,7%). Además, en la variación interanual el IMA quedó en una caída de apenas 2,6%. Y en la comparación con febrero, el último mes de la prepandemia, la contracción fue de 3,7%.

Ya la semana pasada Orlando Ferreres y Asociados habría mostrado buenos números para noviembre, con una mejora de 2,6% respecto a octubre, lo que significó una buena aceleración respecto al ritmo de los meses previos. Y, además, en la variación interanual quedó por primera vez en todo el 2020, en números positivos: 0,1% (y 0,2% contra febrero).

El indicador del ITE-FGA se realiza a partir de la evolución de distintas variables: el despacho de cemento al mercado interno, la evolución real de los préstamos comerciales, el consumo de gasoil, la recaudación real de la seguridad social, la demanda de energía eléctrica residencial, las cantidades exportadas e importadas, las ventas minoristas informadas por CAME y la producción industrial informada por FIEL.

En ese sentido, el informe destacó: «La dinámica del último mes refleja una tendencia dispar de los componentes del IMA. Mientras la demanda de energía residencial, las cantidades exportadas, la recaudación de la seguridad social y las ventas minoristas se mantienen en terreno negativo, otros componentes comienzan a mostrar crecimiento en términos interanuales. Se destacan dentro de este último grupo: despachos de cemento y préstamos comerciales en términos reales, con incrementos anuales de 28% y 45% respectivamente».

El consumo ya empezó a aportar

Una clave a destacar es que, si bien las ventas minoristas informadas por CAME siguen en terreno negativo, ese rojo viene achicándose con fuerza en los últimos meses y de hecho noviembre mostró el mejor desempeño desde que hay pandemia, con una contracción de «solo» 6,7%. Bastante menor que la caída de 14,9% de octubre, que la de 17,8% de agosto y sobre todo que la de 34,8% de junio y la de 52,3% promedio de marzo-abril-mayo.

El comercio ya mostró su mejor desempeño en octubre. Si bien el Indec mostró que las ventas de los supermercados sufrieron una contracción de 2,2% interanual durante ese mes, la contracción del total del sector fue de apenas 0,7%, según los números oficiales. La menor, por lejos, desde que hay pandemia. Según el ITE-FGA, el consumo siguió mejorando en noviembre, con una suba de 3,8%, que le permitió quedar «apenas» 0,8% por debajo de los niveles de febrero.

El que está traccionando ya desde hace meses es el consumo de bienes durables. La explicación fundamental pasa por la expectativa de devaluación: la venta de autos nacionales subió 133% anual en noviembre. Eso además le generó demanda extra a la industria, que según Ferreres y Asociados tuvo un buen mes, luego del traspié de octubre.

Así, el sector comercio se suma a la industria y a la construcción entre los que protagonizan el rebote económico de fin de año, tomando en cuenta que los bancos y las empresas de energía eléctrica, gas y agua prácticamente no sintieron el impacto de la pandemia. Eso sí: algo hace peligrar al desempeño del consumo y es la aceleración inflacionaria que inició en octubre y continuó en diciembre.

«Con el registro de actividad de noviembre ya se recuperó el 78% del nivel perdido desde el piso de la crisis en abril 2020», destacó ITE-FGA.